Siete asociaciones de consumidores de siete estados de la Unión Europea han denunciado que Google infringe el Reglamento General de Protección de Datos, o GDPR por sus siglas en inglés. Según el BEUC, la Organización Europea del Consumidor, Google emplea “tácticas engañosas” en lo referente a su localización de los usuarios.
La denuncia apunta a que Google siempre rastrea la localización de los ciudadanos europeos, tanto si está activada la opción para ello en alguno de sus servicios como si no. La compañía no informa de forma clara ni directa a los consumidores de sus servicios y el resultado es que, aunque el usuario considera que no está siendo rastreado, la verdad es que sí está siendo seguido por Google.
Cada asociación nacional ha denunciado esta situación a las autoridades responsables de la protección de datos correspondientes de su país antes de elevar la queja a Europa. Esto último viene dado por el descubrimiento de que Google sigue registrando ubicaciones incluso cuando se ha desactivado el historial de localizaciones en las preferencias de su buscador y de otros servicios. Para poder desactivar esto, es necesario inhabilitar otra función, algo de lo que no se informa en ningún momento.
La BEUC critica de este modo a Google por llevar a cabo unas prácticas engañosas con el fin de beneficiarse de los datos de ubicación de sus usuarios, los cuales se pueden usar con varios fines, entre ellos, los publicitarios. Google sigue siendo eminentemente una empresa que funciona por y para la obtención de ingresos mediante anuncios.
En una respuesta oficial recogida por Reuters, Google asegura que el Historial de localizaciones está desactivado por defecto y que hace suficientemente claro que esto no evita que siga habiendo un seguimiento de ubicaciones.
Google es uno de los gigantes tecnológicos más afectados por la nueva regulación europea sobre protección de datos, si bien análisis recientes apuntan a que también es una de las mayores beneficiadas por lo perjudicial que está resultando la GDPR para pequeños y medianos negocios que tienen dificultades para cumplir con todas las nuevas exigencias.
Facebook se encuentra en una situación similar, aunque sus recientes brechas de seguridad podrían llevarles ante las autoridades europeas en breve. El pasado octubre, más de 29 millones de cuentas se vieron comprometidas por un fallo de la red social.
Fuente: elmundo.es