La imparable revolución tecnológica y la importancia de los datos para el negocio, independientemente del sector, han llevado a muchas empresas a apostar por nuevas figuras en la alta dirección. Este es el caso del chief data officer, perfil de nueva creación en muchas compañías.
El chief data officer (CDO) es el responsable de los datos de una empresa al más alto nivel, tanto desde un punto de vista tecnológico como de negocio, incluyendo seguridad. Es quien ayuda a gestionar el dato como activo corporativo. Entre sus funciones se incluyen la estrategia para la explotación del dato y gobierno del dato; es decir, definir políticas de seguridad en la gestión y almacenamiento de los datos, políticas de privacidad, así como mantenerse al día con las novedades en temas de regulación que marca el país o, en este caso, la Unión Europea.
Es precisamente la versatilidad de su rol lo que está abriendo un debate sobre la situación que debería ocupar el CDO en el organigrama de la compañía. Teóricamente, todas las empresas deberían contar con un CDO, ya que hoy en día todas las compañías usan datos, pero no es obligatorio contar con esta figura a nivel regulatorio. En las pymes esta figura no suele existir y recae en el director de negocio o el director TIC. En cambio, todas las grandes organizaciones cuentan ya con un CDO.
Dentro de las empresas que deciden incorporar el rol del CDO existen diversas corrientes sobre su ubicación y perfil dentro de la organización. En unos casos su perfil es TIC; en esos casos, se centra la atención en los procesos y la calidad del dato. En otras compañías, el CDO tiene un perfil más enfocado a negocio; en estas ocasiones, su perfil centra la atención en el concepto de negocio, los casos de uso y aplicación de datos. Pero ¿cuál es el mejor lugar para emplazar al chief data officer en el organigrama de la compañía?
Partiendo de la base de que la transformación de las empresas es horizontal, afecta a todas las unidades de negocio y los datos son el activo más preciado en la evolución de cualquier modelo de negocio, el binomio IT-negocio actual debe morir y debemos dar cabida al trinomio negociociencia-tecnología, con los datos como base del conocimiento.
Así, el perfil del CDO debe ser híbrido: tecnológico, de negocio y con conocimientos regulatorios, un perfil que sea muy versátil a nivel empresarial. Es por ello que suele ser una figura que se elige entre los perfiles que ya trabajan dentro de la empresa, dada la profundidad de conocimiento del negocio que debe tener.
El CDO debe actuar como el puente entre negocio y tecnología. Independientemente del background del chief data officer, su papel es siempre ser garante de la verdad única de los datos, asegurando que no haya ningún tipo de inconsistencia en este sentido. Para ello, es habitual que el CDO tenga un equipo técnico y un equipo funcional conocedor del negocio.
Dentro de su equipo son clave los data steward, responsables de poner en marcha todas las políticas que impulsa el CDO en cada una de las unidades organizativas de la compañía. Asimismo, debe contar con un equipo experto en analítica avanzada y un centro de excelencia analítico para extraer el conocimiento de los datos y ponerlo a disposición de toda la compañía.
Convertido en el responsable del gobierno de los datos de la empresa, el CDO debe actuar como puente entre negocio y tecnología. Decide qué datos se usan, cuándo se usan y para qué, valida las tecnologías que se utilizan, tiene que asegurar y consensuar la trazabilidad del dato para tener constancia de toda transformación que sufren y todos los usuarios que hacen uso de ellos, así como la aplicación de negocio que tiene el uso de los datos.
Poco a poco, este perfil va ganando peso dentro del organigrama de las empresas y en algunos casos ya forman parte del consejo de administración, pero sin duda su capacidad de traductor entre las áreas de negocio y tecnología lo sitúan en una posición global con línea directa de reporting al CEO.
FUENTE: cincodias.elpais.com